martes, 21 de junio de 2016

El poder conlleva cambios psicológicos

Cuando un ser humano exhuma, su psique inevitablemente se ve afectada por las visiones que tiene en ese momento, por la aparición de sus poderes y las consecuencias que ello tiene en su vida. Los miedos se hacen más fuertes, las ideologías se vuelven más importantes, las manías se vuelven más difíciles de evitar, etc. Es parte del proceso de deshumanización que conlleva exhumar y está documentado en decenas de casos.

Pero no es únicamente una cuestión del momento de exhumar, sino que se agrava con el tiempo de convivencia con los poderes, especialmente en caso de que estos se usen con frecuencia. Es lógico, la psique humana (según psicólogos expertos como la Dra. Sanderson del MIT) no está del todo preparada para aceptar y manejar el poder que se le confiere desde el exterior. Numerosos experimentos de psicología social, como los casos de la prisión de Milgram, mostraban ya antes de la llegada de los exhumanos el hecho de que el comportamiento de la gente cambia, a veces de forma radical, al recibir poder conferido de un modo u otro (el uniforme policial, la posición de autoridad de un médico sobre un paciente, etc.). 

En el caso de los exhumanos, esto es más exagerado debido a que sus poderes no son conferidos por un acuerdo social, sino que son fruto de su interior, de los cambios sufridos en su genética. Así, aprenden a convivir con esos poderes y, el resultado es que suelen cambiar sus patrones de comportamiento.

Así, no es raro que los exhumanos que poseen poderes de invulnerabilidad se vuelvan excesivamente confiados y faltos de precaución, porque están habituados a que nada de lo que hay en el mundo les pueda hacer daño; los que poseen poderes de control mental suelen dejar de prestar atención a la importancia de la etiqueta o de convencer a otros, habituados a que lo que quieran lo pueden conseguir simplemente obligando a que otro lo haga por ellos; aquellos que leen mentes tienden a olvidarse de la empatía, porque carece de sentido ponerse en el sitio de otro y escuchar cuando directamente puedes ver lo que hay en el interior de su cabeza; los que se mueven a velocidades tremendas suelen aburrirse con facilidad con entretenimientos comunes como una película, que se les hacen insufriblemente lentos; y ejemplos como estos hay infinidad, documentados en numerosos estudios de psicología exhumana.

Estos efectos, en ciertos círculos, se denominan la Demencia del Poder y se vuelven cada vez más acentuados a medida que pasa el tiempo y los poderes del exhumano se van fortaleciendo.

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